En este apartado voy a realizar un análisis de la técnica de salto de vallas que, en general, podemos ver en el vídeo adjunto. Se puede observar cómo todas las atletas siguen una técnica parecida pero ejecutada de diferentes formas, todas ellas correctas. La pierna de ataque se lanza enérgicamente a una distancia bastante considerable de la valla, a la vez que el brazo contrario y, de manera simultánea, el cuerpo se echa hacia delante y la pierna debe ir estirada y alargada hacia delante para poder pasar por encima de la valla con mejor precisión, es decir, sin tirarla ni elevarse demasiado. Acto seguido, con el tobillo en tensión y la pierna extendida, se toma contacto con el suelo. En esto consistiría la fase de ataque.
Para llevar a cabo la fase de caída, la pierna de impulso lleva a cabo una elevación lateral del muslo para poder pasar la valla, para lo cual es necesario que el pie esté en flexión y la rodilla siga subiendo hasta superar el obstáculo. Finalmente, para acabar la fase de impulso, se realiza el apoyo del metatarso en el suelo.
En ambas acciones, el tronco busca la mínima elevación para tomar contacto rápido con el suelo y poder seguir la carrera.
En el vídeo podemos ver cómo la saltadora de la calle 6 tiene una técnica muy buena y llama la atención el control que tiene sobre su tren superior y cómo estabiliza todo el cuerpo después de la toma en contacto con el suelo después de superar cada valla. A diferencia de ella, algunas de las vallistas (calle 7,5 y 2) utilizan la pierna derecha como pierna de ataque y llevan el tronco (a la vez que la cabeza) menos flexionado, de manera que realizarán un salto más elevado y tardarán más tiempo en tomar contacto con el suelo. La acción de la pierna de impulso varía mucho de unas saltadoras a otras, lo que podemos apreciar muy bien si comparamos a las saltadoras de las calles 6 y 7: en el caso de la 7, la pierna no describe un movimiento circular y lateral, de modo que no realiza un movimiento paralelo al suelo acompañado por el tronco y la cabeza, ni forma un ángulo de 90º cuanto la pierna de ataque toma contacto con el suelo; por lo contrario, la saltadora de la calle 6 lleva a cabo un mejor salto gracias a la buena coordinación de todo el cuerpo, ya que su pierna de impulso forma un ángulo recto con el tronco cuando la primera pierna alcanza el suelo, lo que le permite saltar de forma más precisa y buscar el suelo con más rapidez. En el caso de la acción del tronco y la cabeza, la saltadora de la calle 6 se inclina sobre la pierna de ataque para poder compensar su elevación y superar el obstáculo, y rápidamente recupera la posición normal del tronco para una búsqueda rápida del suelo.
Todos estos movimientos serán acompañados por la acción del brazo, la cual es realizada de maneras muy diferentes dependiendo de la saltadora: la vallista de la calle 1 lleva a cabo el movimiento del brazo contrario a la pierna de ataque de manera que la máxima extensión de éste sea en el momento en el que el pie izquierdo se encuentra por encima de la valla; sin embargo, la vallista ganadora
(calle 6) realiza una extensión del brazo izquierdo más precisa, en la cual, acompañado por el tronco y la cabeza, el brazo busca el pie contrario.
Finalmente, podemos observar cómo cada atleta ejecuta un salto diferente dependiendo del punto de batida. Si comparamos a las saltadoras de las calles 6 y 8, comprobamos que la 8 se aproxima más a la valla para realizar el salto y, por lo tanto, el punto más elevado de la parábola que describe será cuando ya haya sobrepasado la valla, lo que provocará que se modifique su ritmo de carrera y que el contacto con el suelo sea más pesado. Por lo contrario, la saltadora de la otra calle elige un punto de batida más apropiado, lo que le permitirá realizar un salto más preciso donde el punto más elevado se encuentra en el momento de la superación del obstáculo, la toma de contacto con el suelo será más suave y no estropeará su ritmo de carrera.
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